NUESTRA HISTORIA
Hace 15 años, Alejandro visitó Gredos por primera vez y se enamoró de la zona, de sus suelos y del perfil de las Garnachas que allí se producían. Algunos años más tarde conoció a Comando G cuando lo invitaron a la Fiesta de la Floración y se hizo muy amigo de Dani Landi. En sus charlas, discutieron el desafío y la oportunidad de lo que todavía era una región relativamente desconocida. ¡Estaba todo por hacerse! Dani le ofreció ir a hacer algo allá.
Entusiasmado, Ale se juntó en Mendoza con ADRIANNA CATENA, su socia en El Enemigo Wines, y en una caminata por la viña, a unos 1500 metros de altura, le propuso hacer vino en España. Adrianna vivía en Madrid, y a su regreso decidió visitar la Sierra. Caminando por la viña, esta vez junto a Dani Landi – entre rocas gigantes y viejas viñas de cabeza – se enamoró del lugar y la idea de comenzar un pequeño proyecto en la región.
Entonces comenzó una gran búsqueda por encontrar algún lugar especial, una finca que cumpliera con lo que estaban buscando. Pasaron los años, y no surgía una oportunidad viable en la zona – ya se hablaba de extender la búsqueda a Canarias o Galicia. Adrianna estaba en Londres, donde se hizo amiga de GEARÓID LANE, entusiasta del vino y experto en energía renovable. Gearóid se sumó con entusiasmo al proyecto, trayendo su experiencia en desarrollo y sustentabilidad. Trajo suerte también, porque a la semana escribió Dani con una propuesta.
El Reventón era exactamente lo que buscaban. Plantada entre 1943-45, y situada a 950 metros de altura sobre una ladera mirando al sureste, con suelos de cuarzo y pizarra. A esta vieja viña recuperada por Dani Landi le sumaron La Reina, una propiedad de 7 hectáreas en San Juan de la Nava, y una pequeña viña en las laderas de San Gregorio, antigua propiedad de la familia Landi. Así comenzó esta gran aventura. Un proyecto de pasión que surge del amor por la región, y la convicción de que –gracias a su elevación, suelos, y viejas vides de Garnacha– es la única zona caliente donde podemos hacer vino con un perfil asimilable al de Borgoña.
Adrianna creció entre Buenos Aires y Mendoza, Argentina, donde su familia elabora vino desde hace más de un siglo. Tiene una maestría y un doctorado en Historia de la Universidad de Oxford (Balliol College) y ha recibido prestigiosas becas del Clarendon Fund y Leverhulme Trust. Como historiadora, Adrianna se especializa en el Atlántico Ibérico entre los siglos XVI-XVIII; su investigación se ha centrado en el sector textil y los tintes naturales.
Hija menor de Nicolás Catena Zapata, Adrianna siente una conexión con la vid y el vino desde pequeña. Hoy combina su experiencia académica con su pasión por la viticultura y la elaboración de vinos, dividiendo su tiempo entre Catena Zapata, El Enemigo Wines y ahora Gredos! Vive entre Londres y Mendoza con su pareja e hijos.
Gearóid proviene de la pequeña e histórica ciudad de Tuam en el oeste de Irlanda. Estudió ingeniería en la University College Galway y tuvo una carrera que abarcó tres décadas trabajando en la industria energética en el Reino Unido.
Con el paso de los años quedó cautivado por el estudio, recolección y cata de buenos vinos. Mientras estudiaba para sus exámenes WSET, tuvo la oportunidad de conocer a Adrianna Catena y se hicieron amigos de inmediato. Cuando mencionó su jubilación y su deseo de dedicarse a un proyecto apasionante en el mundo del vino, Adrianna le propuso hacer algo juntos en la Sierra de Gredos, junto a Alejandro Vigil. Así comenzó una nueva etapa de la vida. Gearóid vive entre Reino Unido, donde viven sus dos hijas, y Gredos, donde lidera la construcción de la nueva bodega. Está aprendiendo el oficio de elaborar vino en España y Argentina de la mano de Alejandro.
Alejandro fue el “enfant terrible” de su familia. Dejó la escuela a los 14 años para unirse a una cooperativa vinícola, pero decidió seguir estudiando por las noches para no contrariar a su madre. Se graduó primero de su clase en ingeniería agronómica y, a los 27, se convirtió en jefe de la división de suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Desde 2002, Alejandro ha sido enólogo principal de Bodega Catena Zapata, recibiendo innumerables elogios y premios, incluido el primer puntaje perfecto de 100 puntos otorgado a un vino sudamericano por The Wine Advocate (CZ River Stones 2016), y la calificación más alta dada a un puro Cabernet Franc (Gran Enemigo Gualtallary 2013). En 2023, Casa Vigil, el primer restaurante de Alejandro, fue uno de los primeros restaurantes argentinos en recibir una estrella Michelin.
Alejandro vive con su esposa e hijos en lo que le gusta llamar La República de Chachingo: un pueblo rural en Mendoza donde los vecinos hacen vino juntos y cultivan la tierra colectivamente.
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